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Un manjar con historia
Las filloas son un símbolo de la gastronomía gallega, especialmente durante el Carnaval o Entroido. Este delicioso plato, que se asemeja a una crepe, tiene sus raíces en la antigüedad, con influencias que se remontan a los romanos. Su nombre proviene del griego phyllon, que significa hoja o lámina, lo que refleja la característica principal de las filloas: su fina y delicada textura.
Tradición en cada bocado
En Galicia, las filloas no son solo un postre, sino que están intrínsecamente ligadas a celebraciones y tradiciones. Durante el Carnaval, se preparan filloas dulces que se disfrutan junto a otros manjares típicos como las Orejas de Carnaval. Por otro lado, en las aldeas, las filloas se elaboraban con el caldo del cocido o incluso con sangre del cerdo durante la matanza, dando lugar a las famosas filloas de sangre. Sin embargo, hoy en día, la versión más popular es la de leche, conocida como filloas blancas.
Cómo preparar filloas de leche
Hacer filloas en casa es una experiencia gratificante y sencilla. Para preparar estas delicias, necesitarás ingredientes básicos como leche, harina, huevos y un toque de azúcar. La clave está en conseguir una masa fina que se cocine rápidamente en una sartén caliente. Una vez listas, puedes disfrutarlas solas, espolvoreadas con azúcar, o acompañadas de miel, chocolate o frutas. La versatilidad de las filloas permite que cada uno las adapte a su gusto, convirtiéndolas en un plato ideal para cualquier ocasión.
Un legado que perdura
Las filloas son más que un simple plato; son un legado que se transmite de generación en generación. Cada familia tiene su propia receta y forma de prepararlas, lo que añade un toque personal a esta tradición. En cada bocado, se siente la historia y el amor que se ha puesto en su elaboración. Así que, si aún no has probado hacer filloas, ¡anímate! Es una forma deliciosa de conectar con la cultura gallega y disfrutar de un manjar que ha perdurado a lo largo del tiempo.
