Tabla de contenido
Un bocado con historia
Las croquetas son uno de esos platos que despiertan pasiones en la gastronomía española. Su origen se remonta a la Francia del siglo XIX, pero su evolución y popularización han encontrado en España un hogar definitivo. El 16 de enero, fecha en la que se celebra el Día Internacional de la Croqueta, es una oportunidad perfecta para rendir homenaje a este delicioso bocado que ha conquistado los corazones de millones.
De Francia a España: un viaje culinario
La historia de las croquetas comienza en 1691, cuando el chef francés Francois Massialot las menciona en su recetario «le cuisinier royal et bourgeois». Originalmente concebidas como una forma de aprovechar sobras, las croquetas han evolucionado a lo largo de los años. Con la incorporación de la bechamel, gracias a chefs como Antonin Carême, este plato se transformó en lo que hoy conocemos. En 1817, Carême presentó las «croquettes à la royale» en un banquete, marcando un hito en su historia.
La explosión de las croquetas en la cultura española
A pesar de su origen francés, España ha llevado las croquetas a un nivel de excelencia. Se estima que los españoles consumen más de 3.700 millones de croquetas al año, lo que equivale a aproximadamente 2,5 kilos por persona. Desde las tradicionales de jamón ibérico hasta innovadoras versiones con trufa o marisco, la versatilidad de este plato lo ha convertido en un imprescindible en bares y restaurantes. Hacer una buena croqueta requiere atención al detalle: la bechamel debe ser cremosa y firme, y el rebozado, crujiente y ligero. Además, el proceso de fritura es crucial para lograr la textura perfecta.
Variedades que enamoran
Las croquetas de jamón ibérico son las más populares entre los españoles, seguidas por las de cocido y las de trufa. Sin embargo, su historia en España tiene curiosidades, como la primera receta en castellano de 1830, que era de croquetas de arroz con leche. Este dato refleja la capacidad de adaptación de las croquetas, que pueden aceptar casi cualquier ingrediente como relleno. La creatividad en la cocina ha llevado a chefs a experimentar con sabores y texturas, creando combinaciones sorprendentes que deleitan a los comensales.
