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La historia detrás de la salsa Café de París
La salsa Café de París es un verdadero tesoro culinario que ha conquistado los paladares de los amantes de la carne desde su creación en Ginebra, Suiza, en la década de 1930. Aunque su nombre sugiere un origen francés, esta deliciosa salsa fue ideada por Arthur-François Dumont, el propietario del restaurante Café de París. Su propósito inicial era acompañar el icónico plato Entrecôte Café de París, un entrecot servido con una mantequilla aromatizada que combina hierbas y especias secretas.
La receta exacta de esta salsa ha permanecido en secreto a lo largo de los años, pero su popularidad ha llevado a muchos a intentar replicar su sabor único en casa. La combinación de ingredientes frescos y técnicas sencillas permite que cualquier persona pueda disfrutar de esta delicia en su propia cocina.
Ingredientes esenciales para la salsa
Para preparar la auténtica salsa Café de París, necesitarás algunos ingredientes clave que aportan ese sabor característico. Entre ellos se encuentran:
- Mantequilla sin sal
- Hierbas frescas como el perejil, el cebollino y el estragón
- Especias como el pimentón y la mostaza
- Un toque de anchoas para un sabor umami
La preparación es bastante sencilla. Comienza ablandando la mantequilla a temperatura ambiente y luego mezcla todos los ingredientes hasta obtener una pasta homogénea. Puedes ajustar las cantidades según tu preferencia, añadiendo más hierbas o especias al gusto.
Consejos para disfrutar de la salsa en casa
Una vez que hayas preparado tu salsa, hay varias formas de disfrutarla. La salsa Café de París es ideal para acompañar carnes a la parrilla o a la plancha, especialmente el entrecot y el solomillo de ternera. Al derretirse sobre la carne caliente, crea una experiencia gastronómica inolvidable.
Si prefieres una salsa más líquida, puedes derretir la mantequilla en una sartén a fuego bajo justo antes de servir. Además, si deseas experimentar con sabores, puedes añadir un poco de pimentón dulce o incluso sustituir las anchoas por salsa de soja si prefieres un toque diferente.
La salsa se puede conservar en la nevera hasta una semana o congelarla por hasta tres meses, lo que la convierte en una opción práctica para tener siempre a mano. ¡Anímate a probar esta receta y sorprende a tus invitados con un toque gourmet en tus comidas!
