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El trinxat: un clásico de la cocina catalana
El trinxat es un plato emblemático de la cocina catalana, especialmente apreciado en la región de la Cerdanya, en Girona. Este delicioso manjar tiene sus raíces en la cocina campesina, donde la sencillez y el sabor se unen para crear una experiencia culinaria única. Con su mezcla de patatas cremosas, col tierna y el toque salado del tocino, el trinxat se convierte en una opción reconfortante, perfecta para los días fríos de invierno.
Una receta fácil y versátil
La belleza del trinxat radica en su facilidad de preparación. Como bien señala el renombrado chef José Andrés, este plato es ideal para aquellos momentos en los que la despensa parece vacía. Con solo tener a mano patatas y col, se puede crear un plato delicioso en cuestión de minutos. El término ‘trinxat’ proviene del catalán ‘trinxar’, que significa picar o desmenuzar, lo que refleja la técnica de preparación de este plato. Aunque su origen es objeto de debate, se le atribuye a la tradición culinaria catalana, andorrana e incluso francesa.
Consejos para un trinxat perfecto
Para lograr un trinxat excepcional, es fundamental seguir algunos consejos prácticos. José Andrés recomienda cocer las patatas enteras y con piel, lo que evita que absorban demasiado líquido y permite que el trinxat caramelice de manera óptima. Si prefieres una versión vegetariana, puedes sustituir el tocino por otros ingredientes que se adapten a tus gustos. La preparación comienza cociendo las patatas y la col por separado, y luego combinándolas para formar un puré. Posteriormente, se fríen ajos y tocino en aceite, que se añadirán al final para dar un toque crujiente y sabroso.
El trinxat en la mesa
Una vez que todos los ingredientes están listos, el siguiente paso es volcar la mezcla en la sartén y dorar el trinxat por ambos lados, creando una especie de tortilla. Este proceso no solo realza los sabores, sino que también proporciona una textura irresistible. Al emplatar, se recomienda colocar los ajos y el tocino crujiente por encima, lo que añade un toque final de sabor y presentación. El trinxat no solo es un plato que calienta el cuerpo, sino que también reconforta el alma, evocando recuerdos de comidas familiares y momentos compartidos alrededor de la mesa.