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Hace tanto tiempo, cuando todavía estaba en la escuela secundaria, mi madre llegó a casa del trabajo un día con una receta de pan de plátano fotocopiada y escrita a mano. No me impresionó, pero afirmó que era la receta del mejor pan de plátano que había probado en su vida.
Fue una declaración bastante audaz, especialmente para mi madre, que no es muy propensa a los superlativos, es más del tipo estoico. Aún así, ella lo mantuvo. Incluso tenía un racimo de plátanos, comprados con el único propósito de madurarlos para el pan. Te enseñamos a preparar el pan de aguacate
Historia del pan
Tenía mis dudas. Desconfiaba de la escritura ilegible, el contenido de aceite y, bueno, todo. Pero, me corrijo: realmente fue el mejor pan de plátano de todos los tiempos. Era el pan de plátano del que están hechos los sueños. Húmedo, no demasiado dulce, no demasiado aceitoso y cargado de sabor a plátano. La gloria de la corona fue su parte superior abovedada, crujiente y crujiente. Debemos haber hecho ese pan de plátano cientos de veces después del primero. La receta se volvió arrugada, manchada de plátano y muy querida.
Pérdida de la receta
La receta se nos perdió: se ha ido. Pasamos medio día buscando. Su lugar habitual estaba pegado al costado del microondas con un imán Care Bear. El imán de la mirada de Care Bear de color caramelo todavía estaba allí, su sonrisa inocente contradecía su pobre desempeño laboral. El imán tenía una función, mantener la receta a salvo, y falló.
Lamentablemente, en este punto mi mamá cambió de oficina y el creador del pan de plátano no estaba disponible para consultas. Intentamos una y otra vez recordar la receta del pan, pero fue inútil: algunos panes se acercaban bastante, pero para ser honesto, nunca estaban del todo bien.
Hasta el día de hoy, sigo buscando ese pan esquivo. De alguna manera, cada vez que tomo pan de plátano me siento traicionado. Siempre espero probar el pasado, solo para decepcionarme con los panes demasiado dulces y secos.
Desesperado, me volví hacia el aguacate. No tengo una buena historia de por qué me decidí por los aguacates, aparte del hecho de que pensé que sería muy gracioso tener tostadas de aguacate hechas con pan de aguacate (del tipo con levadura). A partir de ahí, comencé a pensar en los panes rápidos y por qué los plátanos, los calabacines y las zanahorias se llevaron todo el amor.
Esencialmente, sustituí el aguacate en una versión ligeramente adaptada de mi segunda receta favorita de pan de plátano. Terminé con una hogaza tierna, ligeramente dulce y agradablemente verde. Cubrí una rebanada aún caliente con una bola de helado e incluso Mike, que al principio era un escéptico, pensó que era un ganador.
Receta del pan de aguacate
Tiempo de preparación: 10 minutos
Tiempo de cocción: 35 a 45 minutos
Tiempo total: 60 minutos
- 1 taza de harina
- 1/2 cucharadita de levadura en polvo
- 1/2 cucharadita de bicarbonato de sodio
- 1/4 de cucharadita de canela
- pizca de sal
- 1/4 taza de mantequilla a temperatura ambiente
- 1/2 taza de azúcar
- 1 huevo grande
- 1/4 de cucharadita de vainilla
- 1/2 taza de aguacate triturado
- 1 cucharadita de jugo de lima
Nota: el jugo de lima mantiene la hogaza de color verde, puede omitirla si no la tienes a mano, solo tienes que saber que tu hogaza no será tan verde.
Si tienes un procesador de alimentos o una licuadora, mezcla el aguacate; debe estar completamente suave para esto.
Precaliente el horno a 325 ° F y forra un molde para pan pequeño con papel pergamino.
En un tazón, mezcla la harina, el polvo de hornear, el bicarbonato de sodio, la canela y la sal. Deja de lado. En otro tazón, mezcla la mantequilla y el azúcar hasta que esté suave y esponjoso. Mezcla bien el huevo y la vainilla y luego el aguacate triturado y el jugo de lima. Incorpora suavemente la mezcla de harina, teniendo cuidado de no mezclar demasiado.
Vierte la masa (es muy espesa) en el sartén y hornee por 35 a 45 minutos o hasta que una brocheta de madera insertada esté limpia con algunas migas adheridas. Deja enfriar por completo, corta en rodajas y disfruta.
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