La gastronomía del Papa Francisco: un viaje culinario desde Argentina

La influencia de la cultura argentina en la cocina del Vaticano

Desde su elección como Papa en marzo de 2013, Jorge Bergoglio, conocido como el Papa Francisco, ha traído consigo una rica herencia cultural que se refleja en su amor por la gastronomía argentina.

Este interés no solo ha transformado su dieta personal, sino que también ha influido en la cocina del Vaticano, donde se han adaptado recetas tradicionales para satisfacer sus gustos. El libro The Vatican Cookbook, publicado en 2014, documenta esta evolución culinaria, presentando más de 80 recetas que han sido preparadas en la Santa Sede bajo la dirección de los últimos papas.

Platos emblemáticos en la dieta del Papa

Entre los platos que destacan en la dieta del Papa Francisco se encuentran las empanadas de carne, un clásico argentino que no puede faltar en su mesa. Este delicioso aperitivo, que combina carne picada con especias y se envuelve en una masa crujiente, es un símbolo de la cocina de su país natal. Además, el Papa es un gran aficionado a la colita de cuadril, un corte de carne que proviene de la parte trasera de la vaca, conocido por su jugosidad y sabor. Este corte, que se cocina a la perfección, refleja la pasión del Papa por la carne de calidad y la tradición culinaria argentina.

Postres que evocan la tierra natal

Cuando se trata de postres, el Papa Francisco no se olvida de sus raíces. El dulce de leche y los alfajores son sus delicias favoritas, y no es raro que se deleite con estos manjares después de una comida. Los alfajores, en particular, son un símbolo de la repostería argentina, y el Papa tiene sus marcas preferidas, como El Nazareno y Cachafaz. Su elección favorita son los alfajores de hojaldre, rellenos de dulce de leche y cubiertos con coco rallado, que evocan recuerdos de su infancia en Buenos Aires.

Un Papa con un paladar diverso

Además de los platos típicos argentinos, el Papa Francisco también disfruta de la pizza, pero con un toque especial: la mozzarella con fainá. Esta combinación única, que mezcla la tradicional pizza con una base hecha de harina de garbanzos, es un reflejo de la diversidad culinaria que el Papa aprecia. Su amor por la comida no solo es un placer personal, sino que también simboliza su conexión con la gente y su deseo de compartir momentos de alegría a través de la gastronomía.