La experiencia gastronómica de lujo en Dubái que todos comentan

Un lugar de culto para los amantes de la carne

En el vibrante corazón de Dubái, se encuentra el Nusr-Et Steakhouse, un restaurante que ha capturado la atención de celebridades y amantes de la gastronomía por igual. Este establecimiento, dirigido por el carismático chef Nusret Gökçe, conocido como Salt Bae, se ha convertido en un símbolo de lujo y extravagancia.

Su famoso chuletón bañado en oro es el plato estrella que atrae a quienes buscan no solo una comida, sino una experiencia memorable.

La experiencia de los influencers españoles

Recientemente, dos creadores de contenido españoles, Cocituber y Cenando con Pablo, compartieron su experiencia en este icónico restaurante a través de sus redes sociales. Desde el primer bocado, la emoción era palpable. Sin embargo, la realidad de los precios exorbitantes pronto se hizo evidente. Un plato de sushi a base de carne y parmesano costó 34,10 euros, y aunque la presentación era atractiva, la crítica no se hizo esperar. “No sabe a nada”, comentaron, reflejando la decepción que a menudo acompaña a las expectativas elevadas.

El chuletón dorado: ¿vale la pena?

El momento culminante de la cena llegó con el famoso chuletón de waygu, que se presenta bañado en oro. Con un precio de 892 euros, la pregunta en la mente de todos era: ¿realmente vale la pena? Cocituber y Pablo no escatimaron en elogios sobre la ternura y el sabor de la carne, pero también señalaron que el oro, aunque visualmente impresionante, no aporta nada al sabor. “El oro no sabe a nada”, afirmaron, dejando claro que la experiencia es más sobre el espectáculo que sobre la sustancia.

Un postre dorado para cerrar la velada

Para finalizar la cena, optaron por una baklava también bañada en oro, que costó 110 euros. La crítica fue similar: “El precio es diez veces lo que te cobrarían en España”. En total, la cuenta ascendió a 1.131 euros para dos personas, un gasto que muchos considerarían excesivo. La conclusión de los influencers fue contundente: “Es totalmente prescindible”. A pesar de la experiencia única, el mensaje es claro: no es necesario gastar una fortuna para disfrutar de una buena comida.