La farinata con tomates y queso crescenza es una deliciosa alternativa a la simple farinata de garbanzos: una especialidad ligur de origen antiguo, muy similar a la cecina toscana. La farinata es un pastel salado muy poco profundo y crujiente en la superficie, elaborado con harina de garbanzos y agua.
Con la adición de tomate y queso, adquiere un sabor irresistiblemente mediterráneo, por lo que es ideal para servir como aperitivo en ocasiones especiales.
Ingredientes de la farinata con tomates
Para la farinata:
- 150 g de harina de garbanzos
- 450 g de agua
- 20 g de aceite de oliva virgen extra
- Sal y pimienta al gusto
Para el aderezo:
- 150 g de queso crescenza
- 250 g de tomates confitados
Preparación
- Tamizar la harina de garbanzos en un bol y sazonar con sal y pimienta al gusto, luego añadir el agua y mezclar la masa con un batidor de acero.
- Una vez que la masa esté lisa y sin grumos, cúbrala con film transparente y déjela reposar durante 4 horas a temperatura ambiente. A continuación, añadir el aceite de oliva virgen extra.
- Verter la masa en un molde forrado con papel sulfurizado y engrasado en el fondo y hornear la farinata durante 30 minutos a 200°.
- Cuando esté cocido, sáquelo del horno y con tomates confitados y queso crescenza. Le aconsejamos que lo sirva y lo disfrute mientras esté caliente.
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