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La elección del salmón perfecto
Cuando se trata de preparar un salmón al horno, la elección del pescado es fundamental. Optar por un salmón fresco garantiza que el plato resultará jugoso y lleno de sabor. Evita el salmón descongelado, ya que puede resultar seco y menos apetitoso.
Busca filetes que tengan una textura firme y un color vibrante, lo que indica frescura. Además, asegúrate de que el pescado tenga un olor suave, propio del mar, y no un aroma fuerte que pueda indicar que no está en óptimas condiciones.
Preparación sencilla y rápida
Una de las ventajas de cocinar salmón al horno es la rapidez con la que se puede preparar. En solo unos minutos, puedes tener un plato delicioso listo para servir. Precalienta el horno a 200 grados Celsius y coloca el salmón en una bandeja para hornear. Puedes sazonarlo con sal, pimienta y un chorrito de aceite de oliva. Para realzar el sabor, añade hierbas frescas como el eneldo o el perejil, y unas rodajas de limón. Hornea durante 12-15 minutos, dependiendo del grosor del filete, hasta que el salmón esté cocido pero aún jugoso en el interior.
Variaciones y acompañamientos
El salmón al horno es un lienzo en blanco que puedes personalizar a tu gusto. Prueba diferentes marinados, como una mezcla de miel y mostaza, o una salsa de soja con jengibre para un toque asiático. Además, puedes acompañar el salmón con una variedad de guarniciones. Las verduras asadas, como espárragos, zanahorias o brócoli, complementan perfectamente el plato. También puedes optar por una ensalada fresca o un puré de patatas para una comida más sustanciosa. La versatilidad del salmón al horno lo convierte en una opción ideal para cualquier ocasión, desde una cena rápida entre semana hasta una celebración especial.
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